Sin duda, uno de los apellidos más sonados en los últimos años dentro de la especialidad de grabado, en la Escuela de Bellas artes es QUISPE, ya que cuenta entre sus poseedoras a sobresalientes grabadoras, una de ellas por su desempeño académico y artístico, siempre atento a las recomendaciones de los profesores, a la inquietud personal por encontrar nuevos rumbos del lenguaje plástico en especial dirigido al de tipo político. Justamente en esta ocasión la nota va dirigida a Marycarmen Quispe, haciendo una memoria de la entrega que le hizo la institución de una medalla de bronce en la premiación general de estudiantes de la promoción 2012.
Aquí va:
La especialidad de grabado condecorada en la figura de Marycarmen
A fines del año pasado, cuando se decía que se terminaba el mundo, la especialidad de grabado recibió una condecoración en la entrega de medallas a los alumnos de la promoción 2012, cuando Marycamen Quispe se hiciera acreedora a la medalla de bronce por la presentación del proyecto "Extraoficial".
En definitiva la promoción 2012
desbordó con arriesgadas propuestas artísticas las expectativas del jurado
evaluador. Luego de una reñida jornada de deliberación, el día de la clausura
se anunciaban los nombres de los ganadores. Se inició con las menciones
honrosas otorgadas a Pablo Taricuarima y Amparo Torres, alumnos que realizaron
un impecable trabajo, uno en cuanto a investigaciones sociológicas sobre la
cultura material e inmaterial en comunidades nativas a lo largo de la selva, y
la segunda en aplicaciones técnicas del fierro y la tela para representar los
esquemas que construyen al vestir como
sistema de control social. Tocaba
mencionar la primera medalla. Ésta le fue entregada a Marycarmen Quispe, digna
representante de la especialidad de grabado, quien aunque ausente al momento de
ser mencionada, fue aplaudida y celebrada por sus compañeros de especialidad y
de promoción.
Marycarmen confiesa que, aunque
muchos profesores alabaron su esfuerzo y desempeño durante los últimos años de
estudio, no creía llegar a ser acreedora de alguna medalla, pues la competencia
estaba muy reñida, así que sintió abandonar esa ilusión. Sin embargo llegar a
recibirla demarca un nuevo reto y una nueva responsabilidad: hacerse merecedora
de ella con el desarrollo de su naciente carrera.
Con tan solo 18 años ingresó a la
Escuela de Bellas Artes en el año 2006, gracias a una ampliación de vacantes: La entrevista personal me mandó del puesto
24 al 42. Unos amigos sabían que anteriormente otros postulantes habían
gestionado ampliaciones y que a veces éstas funcionaban, así que lo intentamos.
Fue su papá quien le animó a averiguar
sobre la Escuela -En un inicio pensé
estudiar derecho pero con el tiempo vi que no era lo mío. Luego intenté
estudiar diseño gráfico en un instituto pero me resultó muy frío trabajar con
una computadora-. Una vez decidida por la carrera, aún dudó en postular a
ella: Un día fui a la escuela. Cuando vi
los calcos y dibujos súper realistas me dije: esto tampoco es lo mío. Para
probar, me metí a “la pre”. Ahí tuve como profesora a Julia Salinas quien me abrió la mente, me dijo
que la técnica no lo era todo.
A pesar de haber encontrado
algunas respuestas alentadoras, el panorama en la Pre-Bellas Artes era aún muy
conservador en cuanto al manejo técnico del dibujo. Mary decidió retirarse y
por recomendaciones de amigos llegó al taller de Rocío Rendón, quien era
conocida por ser muy exigente e incluso llegar al extremo de romper trabajos. Con Rocío fue que definí que quería postular
a la Escuela.
Yo no me sentía motivada a dibujar cosas clásicas. Había mucha gente
mayor que dibujaba muy bien. Me sentía frustrada. Con Rocío me sentí mucho más
enfocada. Lo mejor de ese taller es que siempre había ejercicios de crítica en grupo. Nos
juntábamos en círculo, hablábamos de un tema, de las partes formales y
conceptuales. Participábamos todos: alumnos y los profesores, Toño y Rocío.
Entonces me comencé a interesar por el arte conceptual, leyendo algunas
cosas, viendo algunos trabajos. Así fue como conocí el grabado y me decidí a
seguir esa carrera y la Escuela era la opción más accesible.
Apenas había ingresado a la
Escuela, pero sentía una orientación más o menos definida. En primer año (2006) no se promovía el trabajo en colectivo. No se
miraba hacia el espacio público. Nos juntamos entre gente interesada por esos
temas e hicimos como primer proyecto un laberinto que abarcaba al menos las ¾
partes del auditorio, después comenzamos a realizar trabajos en la calle.
Empezamos a participar en foros que ya existían en lugares como San Juan de
Lurigancho y el Agustino (…) El taller de la Escuela no nos era suficiente.
Con el tiempo estas inquietudes derivarían en la creación de un colectivo:
AMBRE.
Empezamos siendo varios, como doce personas. Nos juntábamos para hacer
las tareas, pero tratábamos de hacer otras cosas aparte, en otros espacios.
Actualmente el colectivo lo conformamos Alex (Castillo), Orestes (Bermúdez), Ernesto
(Alva) y yo. Algunos otros miembros se reintegran eventualmente.
Pese a tener claras sus
motivaciones en cuanto a espacio y participación, la temática siempre ha tenido
un proceso dinámico en su carrera. No
siempre he tenido un tema definido. Al menos al comienzo no. En colagrafía me
gustaba experimentar texturas. Comencé a interesarme por otros soportes, me
interesaba el rubro de lo industrial. Para compensar sus propias
inquietudes y cumplir con el programa de estudios, optó por realizar la
cantidad de grabados en las técnicas que le pedían y realizar por propia iniciativa los que ella quería en los soportes que escogiera: siempre te decían que cuando estuvieras en los años superiores podías
hacer propuestas distintas, así que decidí hacerlo por mi cuenta.
Junto a las experimentaciones en
soportes y texturas, Mary pudo enriquecer su proceso en el compartir de
conocimientos e inquietudes con los compañeros de AMBRE. El
colectivo me ha ayudado a definir una temática. Siempre que a alguien le
interesaba un tema, llevaba la información y la compartía. Así me comencé a
interesar por temas de derechos humanos, temas coyunturales, temas políticos.
(…)
¿VIOLENCIA? ¿EDUCACIÓN? ¿PODER?:
DEFINIENDO UN DISCURSO PARA EL PROYECTO FINAL
Contando ya con el antecedente de
haber trabajado con sus compañeros del colectivo en temas de educación, Mary
decide trabajar con personas que estuvieran insertadas en un espacio oficial, pero a
través de un discurso que no sea oficial.
Teniendo ya las premisas de EXTRAOFICIAL, su proyecto
final de especialidad, envía una solicitud al director de un colegio vecino de
Barrios Altos para realizar prácticas dentro de él como estudiante de arte. Su
propuesta fue bien recibida dado que no existía un profesor de esa área y así
pudo desenvolverse con libertad dentro de ese espacio gracias al voto de
confianza del director.
Ese colegio siempre me había llamado la atención, especialmente porque
compartíamos el mismo espacio: Barrios Altos, el centro de Lima. Otro de
los aspectos que lo hacían interesante como materia de estudio, era la carga de
conflicto determinada por el contexto del momento: Muchos profesores se reintegraban de la huelga (del SUTEP). Por otro lado, había chicos de la zona de
barrios altos, de condiciones muy pobres. Había también muchos hijos de
comerciantes que eran los de más recursos.
El trabajo de investigación
consistió en dos meses de talleres con los niños del colegio. Las dinámicas con
ellos giraban en torno a lo heróico en el contexto de la enseñanza y también
dentro del plano personal: cómo se construye un héroe.
A través de diferentes
ejercicios fue recogiendo cuánto sabían sobre los héroes de la patria
y cuán importantes como ejemplo eran los héroes para su vida.
La experiencia fue complicada, a
veces frustrante. A unos les importaba el tema, pero a otros no (…) Había
muchos niños con problemas familiares. Estaban acostumbrados a que se les trate
con gritos. Antes trabajé en espacios públicos en donde la participación era
voluntaria, pero dentro de éste el curso era obligatorio, tal vez por eso había
cierta resistencia.
Los resultados que surgieron de
esos talleres rebasaron los objetivos y expectativas con que se inició ese
proyecto, haciendo que Mary se plantee qué tipo de responsabilidad tenía que
cumplir dentro del entorno en que decidió realizar su investigación. Por ejemplo un día, una chica dijo: me
gustaría que un súper héroe haga que mis padres vuelvan a estar juntos. Otro
niño decía: quisiera tener el poder de ser feliz y no estar llorando todo el
día.
Inevitablemente llegó el momento de
enfocarse en el proyecto personal y abandonar los talleres en el colegio. Fue
una fase difícil pero necesaria y que deja sin embargo una puerta por cerrar y
un compromiso aún por definirse, pero que de seguro será parte de próximas
indagaciones y proyectos respecto al compromiso social con el educando.
Al momento de seleccionar lo
producido en el taller de grabado y lo producido con los niños del colegio, el
tema de la curaduría se tornó complicado pues existía el reto de seleccionar el material que permitiera
entender el proceso que demandó este proyecto y en donde se evidencie el arte
relacional.
Solucionada esta etapa pudo concretar el diseño de la instalación y darle cuerpo a la parte visual: recrear un espacio de colegio a través de tickets de bus adhberidos a una gran mesa que organizaba el espacio en áreas, en donde poco a poco podía leerse el discurso oficial que se imparte en la educación acerca de la historia de los héroes, desvirtuado en un políptico multicolor, en donde los héroes más representativos de la patria tenían alrededor de ellos anotaciones hechas por los niños del colegio en donde mencionaban no tener idea de quiénes eran ellos ni de por qué considerarlos héroes.
Solucionada esta etapa pudo concretar el diseño de la instalación y darle cuerpo a la parte visual: recrear un espacio de colegio a través de tickets de bus adhberidos a una gran mesa que organizaba el espacio en áreas, en donde poco a poco podía leerse el discurso oficial que se imparte en la educación acerca de la historia de los héroes, desvirtuado en un políptico multicolor, en donde los héroes más representativos de la patria tenían alrededor de ellos anotaciones hechas por los niños del colegio en donde mencionaban no tener idea de quiénes eran ellos ni de por qué considerarlos héroes.
Este testimonio nos hace dar
cuenta de que un proyecto de investigación es tan sólo un pequeño paso dentro
de infinitas posibilidades de indagación y creación, más aun tratándose del
arte relacional, que compromete al artista hacia el entorno con el que decide
involucrarse y que ha dejado en Marycarmen un largo trecho por andar.
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