RUBÉN PEÑA Y ALINDER ESPADA:
Los gajes de pertenecer a una generación multidisciplinaria
Nota escrita por Ana C. Carrasco
"EL RUBENS"
Uno de las más gratas sorpresas
el día de la premiación (21 de diciembre del 2012) fue la entrega de la medalla de oro a Rubén Peña,
egresado de escultura muy conocido por su constante esfuerzo y experimentación
al trabajar con diferentes materiales y por la innovación de propuestas. Para
muchos de los que nos trasladamos de la sede de Jauja a Lima, la figura de Rubén desmitifica la
idea errada de que quienes venimos de provincia solemos tener desventajas en el
desempeño académico y técnico y también aquella sentencia que la sede que
funcionó en Jauja no tuvo más que deficiencias. El testimonio de Rubén nos
indica que una carrera profesional se construye de voluntad, acciones y fe en
lo que se hace, no de esquemas.
Natural de Tayacaja (Huancavelica), Rubén comenzó a vivir desde el 2001 en Huancayo para seguir estudios
superiores. En su opinión, considera haber tenido “una
idea equivocada del arte” antes de ingresar a la Escuela: quería pintar como Rembrand. En una ocasión tuvo la oportunidad de ir a conferencias
realizadas por Zadir y Carlos Milla en la Universidad del Centro, leer los
libros y publicaciones de ellos respecto al arte andino y la cosmovisión. Desde
entonces sus intereses respecto al arte y la creación comenzaron a cambiar.
Por otro lado al iniciar sus estudios en Jauja, pudo ver un gran contraste entre lo que se quería hacer y lo que podía hacerse en el contexto de esa sede. Había potencial humano, natural (arcilla, piedra, madera), pero no había la infraestructura necesaria para una carrera como escultura. Por ello esa etapa encierra una cantidad de frustraciones que se compensaban con lo que pudo aprender de los profesores, de sus propios compañeros y de gente del entorno como los alayas e iniciados en ritos andinos.
Cuando me trasladé a Lima me decepcionó la parte social, humana. Allá (en Jauja) éramos más unidos.
Conseguíamos cosas a través de gestión. Acá cada uno es individualista. También
yo. Me vi en una realidad distinta a la de antes porque ahora tenía que generar
mis propios recursos. Sólo me quedaba preocuparme por mis propias necesidades.
El tema de proyecto final:
Yo vengo de un sistema capitalista y me roban el celular… entonces
comienzo a sentir al fantasma del celular: vibra, escucho que me están
llamando. Se había vuelto parte de mí, como parte de mis células, como si mi
ADN lo hubiera adaptado… como que me estaba transfigurando (…) Empecé a tomar
escritos de F. Jameson y Daniel Bell y el discurso del advenimiento de la
sociedad postindustrial. Ellos abordan el nivel sociológico y psicológico de
nuestras costumbres.
Con ese preámbulo Rubén explica
cómo va desarrollando el tema del ser humano en la sociedad postindustrial y las
consecuencias de esa relación. Para ello ideó una instalación con el modelado
de cabezas en arcilla, que por procesos físicos y químicos pudo darles un
acabado tipo porcelana y diseñó además un complejo circuito electrónico que
atravesaba a las cabezas, las que eran rematadas e interconectadas con tubos a
modo de asa puente.
Quería representar la ruptura
del hombre con la naturaleza. Yo mismo era parte de esa ruptura. Para ello
decidí usar el ensamblaje: la cerámica y el metal, representando así al hombre
y a la tecnología, así evidenciaba cómo la
humanidad es reemplazada por los recursos tecnológicos (…) El mismo sistema te
impone esa necesidad para poder vivir en este mundo, con el celular, el iphone.
(…) Llega un punto en que el hombre ya no puede distinguir qué es real y qué no (qué es natural y qué no).
(…) Si hablamos a nivel Cristiano, el hombre está hecho de barro y,
según la cosmovisión andina, estamos relacionados a la Pacha Mama. Por otro
lado, todo lo tecnológico requiere de oro y por ende de la explotación (de los
recursos naturales). Hice unos personajes con arcilla, les coloqué estribos -El
uso de los tubos tipo asa puente representa las chimeneas al estilo Doe Run-contextualizando al hombre actual, como
representando que nuestra historia y cosmovisión ha ido cambiando y también la
forma en que nos conectamos con el universo en medio del sistema.
Para obtener el resultado logrado
con la cerámica, Rubén realzó una serie de experimentaciones desde sus primeros
acercamientos a ella. No tenía noción de
las cuestiones más básicas como la quema al aire libre. Ahora cuento con más técnicas de experimentación. Cuenta
en sus principales influencias al profesor Ignacio y Honorio. Con Honorio el aprendizaje fue más
científico: conocer al material y sus propiedades; con Ignacio fue probar y experimentar. Lo vi haciendo una
combinación con cerámica y pulpa de papel. Tenía sus propias fórmulas y logró
la traslucidez. Quedé fascinado y me dije: esto tengo que aprovecharlo. No fue
nada fácil: fue toda una pesadilla pero de mis errores salió toda mi producción
porque aproveché todos los efectos que conseguí en el proceso.
Empecé a usar el ensamble el 2012, pero la idea (de este proyecto) ya la tenía desde el 2011, en mis dibujos,
bocetos… hasta que decidí llevarla a lo tridimensional.
-¿Te ayudó “la carpeta” en el proceso de crear esa
obra?- Al inicio la carpeta me frustró
bastante. Tener que entrar al nivel de la sustentación, saber cómo usar la
información, discernir qué sirve y qué no. (…) Con el tiempo me regí a manejar
la obra en los niveles sintáctico, semántico y pragmático. En ese sentido creo
que sí, me ayudó bastante. Aunque demandaba tiempo trataba de hacerla en la
Escuela. A mi cuarto llegaba a dormir,
nada más.
Hacia este punto de la conversación, resultó curioso recordar a un Rubén con ciertas irregularidades como estudiante durante los primeros años, lo cual conllevó incluso a que abandonara los estudios durante un tiempo.
-¿Siempre tuviste en claro ser
artista?- Dejé la Escuela faltándome año
y medio para terminar. Me puse a trabajar en construcción civil durante un año,
pero cada chamba que hacía la veía como una pieza escultórica. Aprendí de
electricidad, de hidráulica: ¡todo para mi chamba! (…) Me capacité en Aceros
Arequipa, en matricería. También en SENCICO, en acabado en concreto. Me metí a
CEOS estatales, aprendí forjado del metal, acabado automotriz, carpintería,
tapicería. Un tiempo trabajé haciendo muebles modelo Luis XV…
Retomé los estudios porque no quería
ser obrero ni que otro se lleve los créditos de lo que yo hacía. Cuando tuvimos
que trasladarnos a Lima, con el cambio de currícula, me tocaba estudiar tres
años más. Al llegar no tenía dónde quedarme. Pasé por casas de familiares… tuve
que andar por varios sitios (…) Me puse
a hacer todo tipo de chambas: matricería, fundición… Cuando no tenía trabajo me
quedaba en la Escuela todo el día. Prácticamente vivía ah durante tres años, así
que experimentaba todo lo que podía.
Esos fueron los caminos que condujeron a Rubén a ser uno de los alumnos más emblemáticos de la promoción. Desde la especialidad de grabado esperamos que su ejemplo de multidisciplinariedad sea visto no sólo como un recurso plástico, sino como una posibilidad de múltiples búsquedas y utilización de lenguajes que nos realicen como comunicadores y como seres humanos.
Reflexiones:
- En la posmodernidad todos suman mas no restan. Yo no me encierro en ningún estereotipo y en ninguna postura. Mi obra hablará, pero eso no me encierra en ninguna doctrina.
- En la escultura tienes que ser fuerte, no a nivel físico sino mental, porque el que maneja la cabeza maneja la fuerza.
- A quien quiera postular le diría que se deje de delicadezas, que trabaje. Lo peor que le puede pasar es dejarse llevar sólo por sus emociones; el conocimiento es importante.
- En un inicio –en la fase experimental- suelo realizar una pequeña maqueta, algo que me plazca hacer y queda un resultado que me parece interesante. Entonces la analizo. Así van surgiendo las ideas y sobre eso le voy añadiendo varias cosas, pero siempre llevando un registro, escribiendo, anotando.
- Si vas a hacer tu proceso creativo, lo básico es tener claro por qué y para qué. Desde el inicio hasta el final. Debes saber cómo quedará pero teniendo las cosas claras. El proceso es variable pero la idea se mantiene. El objetivo final es que la obra hable. – Por ejemplo -Si voy a ensamblar es porque quiero que los elementos hablen.
- Aprendí que si tu obra tiene una sintaxis, alguien la va a entender y si la entiende… ¡ya se jodió! -¿Cómo?- Si tu obra se entiende, algo vas a causar en el otro… para eso se supone que es.
- La Escuela me ha dado de comer, me ha dado estudios, conocimiento… muchas cosas. A la escuela quisiera darle reconocimiento a través de lo que yo haga como artista. Creo que lo que producimos debe hablar de lo que es la institución. Pienso que los alumnos deben hablar (con hechos) de lo que produce la Escuela.
ALINDER ESPADA: UN RUTAMARERO EN BELLAS ARTES
Entre Boris Vallejo y la gráfica popular...
(Exposición de alumnos destacados en galería "Parra del Riego"- C.C. Bellas Artes)
Entre Boris Vallejo y la gráfica popular...
Dice no habérselo esperado: yo creí que las medallas se quedarían en
grabado y escultura. Vi bastante chamba y lo que pide la escuela:
multidisciplinariedad. Fue una total sorpresa para todos, pues estaban ahí mis
tíos. Alinder Espada obtuvo la medalla de plata en la premiación del programa de
artes plásticas, en medio de los aplausos y vitoreos de sus compañeros de
promoción.
Aunque no siempre fue consciente
de su espíritu Ruta-marero, su ruta personal estuvo cargada de los elementos
que poco a poco fueron surgiendo de su puño y letra. Durante su niñez y estudios escolares en su
ciudad natal, Barranca, aprendió a seriar
placas de autos. En el colegio se recurseaba haciendo carteles. Siempre tuvo
buena caligrafía y si podía obtener un beneficio con eso… pues bien. Por otro lado, en su familia ha existido una
larga tradición de artistas, músicos y personas de ese medio. Sin embargo él
llegó a la escuela teniendo como ideal de artista a Boris Vallejo de acuerdo a lo que le inculcó un
profesor de arte con el que se formó durante su adolescencia.
Yo llegué a Lima para seguir estudios superiores. Mi tío me llevó a
inscribirme al examen de admisión a la UNI, pero postulé a Bellas Artes. Al
entrar creí que todos pintaban como mi
profesor. Me decepcioné bastante… la escuela no era lo que yo creía, por eso me
metí a estudiar otra cosa: estudié paralelamente diseño gráfico. Luego se vino
el cambio de malla… nos comenzaron a bombardear con el tema de lo social,
nuevos cursos: psicoanálisis… el gran otro… los discursos de poder… todo el
panorama cambió.
¿Investigación para pintar?
Ese año (2010, inicio de la nueva malla) nos tocaba hacer proyecto de dibujo. Me puse a dibujar carteles usando la tipografía chicha. (…) No me fue bien, el jurado me dio con palo… pero sin embargo no lo tomé a mal, porque me saqué el clavo, vi que podía trabajar una diversidad de temas, que podía jugar con nuevos soportes y que, sobre todo, podía comunicar.
Al año siguiente decidimos formar un grupo de artistas gráficos para
recursearnos: así nació La Ruta Mare. Entonces la línea que seguiría
quedaba cada vez más clara. Mis amigos se
burlaban de mí… me decían de todo porque me puse a ensayar letras, tipografía.
Dejé de pintar en el estilo hiperrealista con que me conocían, de esos tiempos
en que me contentaba con los 20’s y 18’s que el jurado me ponía, no lo quería
ver entonces pero era un engaño, yo no estaba mejorando ni tenía objetivos. La
escuela era un relajo.
El espíritu del emergente anidado
en su tradición musical popular no pudo
brotar hasta que un día tuvo que, luego de muchas resistencias, encontrar un
tema de investigación para su trabajo: "Comencé a leer a Matos Mar, Orlando Gallego y un musicólogo suizo cuyo nombre no recuerdo… entonces
encontré el tema de “la quinta generación”: Lima ha tenido 4 marcados
momentos de cambio social y estructural.
El quinto viene con la migración del campo a la ciudad".
Inquietado por hallar nuevos soportes y formas de representación, Alinder tuvo una natural etapa de dudas. "La gráfica popular llamaba mi atención, me inquietaba usarla pero no sabia desde qué punto. Empecé por simplemente hacer retratos, cuadros narrativos, hasta que encontré algo muy fuerte: la música".
"La música ha sido un motor importante en el proceso de formación de ciudadanía del migrante. Es lo que no ha pasado con la pintura que se ha quedado en el oleo sobre lienzo, cosa que no esta mal. La música es un fenómeno que ha pasado por una transformación de décadas, hasta siglos (...)"
Desde entonces Alinder, autodenominado artista de quinta generación, inició una serie pictórica que recoge la propia historia musical de su familia (originaria de Pararín, provincia de Recuay - Ancash) la cual está acompañada de carteles y gráfica popular con frases coloquiales que se suelen encontrar en los tapabarros de los camiones, las lunas posteriores de los carros, autos, y de una gran cantidad de usuarios que responde, en su mayoría, a generaciones de migrantes en Lima y que son parte de nuevos códigos urbanos que hablan de nuestras actitudes frente a la vida diaria y que, además, tiene una estrecha relación con la tradición musical que surge entre las nuevas sociedades que cambian el rostro social de Lima desde las grandes oleadas de migraciones de los 50.
"La
quinta generación" es un concepto sociológico: Para Matos Mar, la quinta
generación en la ciudad de Lima es la de los migrantes.
¿Y en cuanto a referentes gráficos? En pintura, Bendayan; en gráfica, Elliot Túpac. Otros referentes: de México, Sensacional del diseño mexicano; de Colombia, Popular de lujo, que son colectivos de gráfica popular.
-¿Qué opinas de tu propio proceso? - Ha sido una catarsis. Muchos decian que lo estaba llevando a un plano muy personal, pero mi historia es una que se repite en millones de peruanos.
-¿Qué crees de Boris Vallejo
ahora? – Pues, que chévere por él. Tiene
una linda mujer, una exitosa carrera. Lo admiro más por lo que ha logrado. (…)
De todos modos no pienso dejar “la academia”, siempre estará ahí – ¿como una
espina? – jajá, como una posibilidad.
Luego de este feliz testimonio, Alinder nos deja con muchas preguntas por responder: ¿Cuánto de nuestro pasado puede ser significativo en nuestra búsqueda de respuesta frente a nuestro acto creador? Mientras tanto, los chicos de La Ruta Mare han obtenido mucho éxito en el circuito oficial de salas de arte, gráfica urbana y en el mundo de las artes gráficas. Muchas felicidades por ello. Otra vez la perseverancia y el esfuerzo nos muestra que los caminos sólo se abren insistiendo en lo que creemos, aunque no lo tengamos claro, pero que nos conduzca a indagar con gran inquietud, aún en medio de críticas, burlas y/o contrariedades con uno mismo. Todo éxito necesita de autodeterminación que, más allá de los premios y reconocimiento, significa fe en lo que se hace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario